Las personas que temen la muerte no pueden simplemente obviar la existencia de esta. Deben aceptarla y aferrarse a ella, aunque les haga sentir desdichados.
Y es que la magia de todo reside en la dualidad de sus partes: solo nos queda transformar esa fuerza oscura que nos atrapa, en vitalidad que nos mueva. Pues será ese mismo movimiento el que nos haga balancearnos después de muertos.
Este no es un libro de autoayuda, sino de exploración. En él se toma la muerte y se la viste de brutalidad, belleza… e incluso de sensualidad. Clarina Ríos, autora de esta obra entre onírica y macabra, nos invita a no apartar la mirada de nuestro inexorable final:
¿Para qué « soñar » tétricamente con lo finito, si puedo tener todo cuanto es eterno con solo « escribir »?