Mi nombre es Clarina Ríos
y te doy la bienvenida
a la página de lanzamiento
de mi primer hijo:
Breves como la vida
Mi historia
Clarina Ríos - Escritora y diseñadora gráfica
Soy la menor de seis hermanos y nací una mañana invernal del 1996: el 27 de diciembre. Así, veintisiete relatos son los que dan vida a esta obra, realizada desde la primera hasta a la última letra con pensamientos y sueños profundos que habitan en mí.
No diré dura, pero mi infancia no fue la mejor. Sin embargo, hoy día agradezco cada segundo. De lo contrario no sería la persona que soy, ni tendría la bendita sensibilidad con la que percibo la vida.
En cuanto a mi familia, sencillamente la adoro. Ellos, junto a mi pareja, me concedieron las herramientas necesarias para luchar frente a las adversidades y prosperar continuamente.
Mi obsesión por la literatura se formó a partir de una frase escrita por Edgar Allan Poe, mi referente por excelencia. Me emocioné tanto que dejé el libro en cualquier parte y me puse a escribir. Había comprendido que lo truculento no era algo a lo que temer, sino una cara de la moneda que podía ser igualmente expresada, y además con belleza. Desde entonces, amo los libros que liberan el interior de los escritores y sus mundos invisibles; esos que de algún modo conviven con ellos, sin ser necesariamente parte de sí mismos.
A pesar de que algunos de los relatos que encontrarás en esta obra son historias que escribí con siete años, pasé toda mi adolescencia creyéndome una futura abogada, movida por un imperioso sentimiento de justicia. Pero la vida no es más que un flujo de indecisiones, y finalmente me rendí a los pies de la eterna seducción del arte.
Tanto es así que estudié Comunicación Audiovisual en la Universidad Politécnica de Valencia. Este grado reunía múltiples campos con los que soñar, aprender y perderse. Como resultado, acabé dedicándome de forma profesional a la fotografía, el diseño y el marketing.
Mi oficio me permite explorar todas mis inquietudes artísticas, pero siempre he sabido que tenía una asignatura pendiente:
Materializar mi alma en un libro.
Hoy me confieso… Soy una persona introvertida, y tengo muchas dificultades para reconocer, memorizar o estructurar lugares. Para mí, los hechos son sensaciones más que fechas; colores más que nombres. Por ello, podrás apreciar que en «Breves como la vida» los acontecimientos no suceden en tal calle ni ciudad, sino en la penumbra de una habitación desnuda. Tampoco es relevante el contexto tecnológico del relato. En su lugar, cobra protagonismo cómo crepita el fuego en mitad del silencio. Y en definitiva, no importa el cargo concreto que ejerza el protagonista, sino de qué forma se le eriza el cabello al advertir los ojos brillantes de una terrorífica criatura frente a él.
Querido lector,
Si no me conocías, creo que este es
el momento perfecto para hacerlo.